La soja completó la segunda semana alcista seguida en Chicago, apuntalada por el aceite y por el tiempo seco sobre el Medio Oeste, en plena etapa de formación de rindes. Muchos operadores relacionaron las buenas compras de los destinos desconocidos con China, país que de manera nominal aún no adquirió nada de la soja nueva estadounidense. Las buenas exportaciones semanales de maíz posibilitaron la mejora de las cotizaciones del forrajero, mientras que el trigo volvió a caer bajo el peso de la entrada de la oferta del hemisferio Norte en el circuito comercial.
La soja completó la segunda semana positiva consecutiva en Chicago, donde los contratos septiembre y noviembre sumaron un 1,40% y un 1,54%, al pasar de 375,61 a 380,85 y de 383,05 a 388,93 dólares por tonelada.
Agosto es un mes clave para la soja estadounidense, dado que en el transcurso del mes buena parte de las plantas definen el potencial de rendimiento futuro. Y en ese sentido, la falta de humedad vista durante casi toda la semana sobre el cinturón sojero/maicero generó preocupación entre los operadores por el posible perjuicio de estas condiciones sobre los cultivos.
El jueves, tras la actualización semanal del mapa que monitorea la sequía en Estados Unidos, donde se elevó del 1,97 al 3,42% la proporción de suelos bajo sequía moderada en el Medio Oeste, el USDA elevó del 3% al 9% la superficie cubierta con soja que experimenta algún grado de sequía, contra el 7% de igual momento de 2024. Esto podría verse agravado si se cumple el pronóstico extendido de 6 a 10 días que augura lluvias inferiores a las marcas normales sobre la zona núcleo para los granos gruesos, lo que marcaría un cierre de mes seco. Cabe recordar que el lunes el USDA mantuvo en el 68% la proporción de soja en estado bueno/excelente, un dato que quedó en paridad con el 68% de igual momento de 2024 y por encima del 67% previsto por los privados. Agregó que atravesó la floración el 95% de las plantas y que está formando vainas el 82% de la soja.
Gracias a las subas acumuladas entre el jueves y el viernes, el valor del aceite de soja terminó la semana con un alza del 3,12%, tras variar de 1172,40 a 1208,99 dólares por tonelada. En la primera de esas jornadas la suba respondió a la chance de que la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA, por sus siglas en inglés) obligue a grandes refinerías de petróleo a tomar una "reasignación" de biocombustibles derivada de las exenciones al corte obligatorio que pudieran darse a pequeñas refinerías que demostraron dificultades económicas desproporcionadas para acceder al beneficio.
Y en el cierre de la semana, finalmente la EPA resolvió sobre 175 pedidos de exenciones de pequeñas refinerías. De ellas, aprobó 63 de manera completa y 77 de forma parcial, mientras que denegó 28 y determinó inelegibles otras 7. En primera instancia el mercado del aceite reaccionó con fuertes bajas, pero casi en forma inmediata se recuperó, para, luego, volver a caer y, ya en el último tramo de la rueda, retomar la senda alcista, que fue sostenida hasta el cierre. Esa volatilidad dejó en evidencia que los especuladores –y buena parte de los operadores– no tienen aún mucha idea sobre qué implicará todo lo resuelto el viernes por la EPA en la vida real, o más específicamente, sobre la demanda desde la industria de los biocombustibles. Ahora los operadores esperan que, efectivamente, se obligue a las grandes refinerías a absorber los volúmenes que no puedan ser usados por las plantas exceptuadas del corte, de manera de no afectar la demanda de biocombustibles, con todo lo que ello representa para las cadenas de valor de la soja y del maíz.
Menor cosecha, según el ProFarmer
Con posibles implicancias positivas sobre lo que viene, más que sobre lo que pasó, quedó la estimación de producción lanzada por el ProFarmer el viernes, luego del cierre de Chicago y tras la tradicional gira de cultivos hecha durante la semana. Allí la entidad de productores proyectó en el nivel país la producción de soja estadounidense en 115,56 millones de toneladas, en función de un rinde promedio de 35,64 quintales por hectárea. Estas marcas quedaron por debajo de las estimaciones del USDA, que en su último reporte mensual calculó la cosecha en 116,82 millones de toneladas y el rinde medio de 36,05 quintales por hectárea. Vale destacar que los parámetros usados por los privados, que no sólo incluyen lo visto en el tour de cultivos sino variables como las previsiones climáticas o el estadio de los cultivos, y el empleado por el organismo son distintos, por lo que la relación entre las cifras de ambos se ofrece sólo en modo ilustrativo.
Fuente: Granar Research