La sostenida (y fuerte) valorización que viene mostrando el mercado de haciendas en las últimas llevó que la relación de reposición (cociente entre el kilo del ternero y el del novillo) se redujera a niveles mínimos en lo que va del año. 

De acuerdo con las referencias de la Asociación de Consignatarios de Ganado (ACG) de este lunes (con base en los negocios concretados la semana anterior) el índice flaco/gordo alcanzó un piso de 1,14 versus el 1,17 de una semana antes, lo que significa que el precio del ternero era 14% más alto que el del novillo gordo. Esta foto del índice es muy distinta a la que se tenía a principios de año (1,26) y a la de igual semana del año pasado, cuando la relación era de 1,33. Hace un año atrás el precio de los novillos especiales de exportación estaba en US$ 3,70 por kg carcasa, es decir, US$ 1 por debajo de la cotización actual de esa categoría (US$ 4,80).

Un operador del mercado ganadero consideró que esa relación actual flaco/gordo no hay que mirarla como algo “dramático” y la consideró “lógica” dada la muy buena colocación que tuvo la zafra de terneros en los meses de marzo y abril, donde se colocó el grueso del volumen y calidad. Si bien en mayo se continuaron cerrando negocios en las pantallas y entre particulares, hubo bastante disparidad en la “calidad de la oferta” y también incide el peso de esos animales a la hora de considerar el valor al bulto, que es “la cuenta que le interesa al productor”. “Se generó un desfasaje entre lo que se vende y se compra. No hay nada raro; solo coyuntura”, resumió.

Otro agente del mercado consideró que ese indicador que publica la ACG, “no deja de ser un índice”, que no incluye otras categorías de la reposición como los novillitos, las terneras, o las vacas de invernada, todas categorías que han mostrado una “muy buena colocación y precios” en la zafra, al igual que los novillos con peso para los corrales, que prácticamente “desparecieron” de la oferta para la invernada o quedaron “fuera de precio” por la puja de los feedlots.

Una de las fuentes destacó como un diferencial la estabilidad (menor volatilidad) que viene mostrando en los últimos cinco años el precio del ternero versus el novillo, con una cotización que se ha movido entre US$ 2,40-2,80 por kg en términos promedio. Añadió que toda la cadena es sostenible en la medida que el país puede ser capaz de sostener una producción de terneros de entre 3 y 3,5 millones. “Es importante que el criador tenga estabilidad”, señaló.

A juzgar por los comentarios de distintos veterinarios, hay buenos indicios para pensar en que Uruguay volverá a registrar una muy buena tasa de preñez, aunque quizás no llegando al 84% del año pasado que registró INIA en su taller de evaluación. Este año los datos se presentarán el próximo 24 de junio en Durazno.

La ganadería uruguaya está discurriendo por un proceso continuo de transformación, donde muchos invernadores se están pasando a la recría, y muchos recriadores a la cría. La terminación de los animales está quedando a manos de invernadores altamente especializados, que muchas veces incluyen corrales en sus sistemas, o en los encierros de la propia industria. Todos caminos que convergen a una mayor eficiencia de la cadena.

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