La pista Charolais de la Rural del Prado 2025 vivió una jornada cargada de emociones, marcada por el recuerdo de José Jorge “Mono” G. de Boismenú, fallecido hace apenas treinta días, y por la presencia de su hermano Juan como jurado de la raza que ambos vieron ingresar al país gracias a la decisión de su padre. En este marco se desarrolló una calificación que combinó alta calidad genética y reconocimiento a la trayectoria de referentes históricos de la raza.
El jurado inició la actividad con las hembras, otorgando el Gran Campeonato y el título de Campeona Ternera a cabaña La Espiga, de Benoit Alphonse Wyaux Dumont. El ejemplar, descripto por su expositor como “una ternera muy voluminosa de carne, moderada, suave de paleta, con lindos cuartos y una línea de lomo muy correcta”, fue considerada por el jurado como un animal con gran proyección y, tras enfrentarse al mejor toro de la muestra, recibió además el reconocimiento de Campeón Supremo. La Reservada Gran Campeona y Reservada Campeona Ternera recayó en cabaña La Margarita, de Horacio Andrés Bianchi.
En la categoría de machos, el Gran Campeonato correspondió al Campeón Dos Años de La Espiga, también presentado por Wyaux Dumont. Juan G. de Boismenú lo calificó como “un toro con muy linda área de costilla, profundo, de gran proyección y con muy buen futuro”. El propio Wyaux destacó que este ejemplar ya había sobresalido como ternero en la edición anterior, cuando un jurado internacional lo elogió por su masculinidad y su conformación carnicera. “Es un toro con carne por doquier, con una circunferencia escrotal impresionante”, señaló el criador.
El entorno de la jura estuvo marcado por el recuerdo de José Jorge “Mono” G. de Boismenú, figura central en la historia de la raza Charolais en Uruguay. Su hermano Juan, en calidad de jurado, recordó que “compartimos exposiciones en Francia y Brasil y acompañamos a nuestro padre cuando se trajeron los primeros Charolais al país. Tengo muchos recuerdos de esa época”.
El presidente de la Sociedad de Criadores, Benoit Wyaux Dumont, lo definió como “un referente y pionero de la raza”, solicitando en su honor un minuto de silencio en la pista. A su vez, el presidente de la Asociación Rural del Uruguay, Rafael Ferber, expresó que “el ‘Mono’ significó mucho para la institución, ni hablar para la raza, pero sobre todo para los amigos”, en un testimonio que visiblemente lo emocionó.
Posteriormente, Ferber leyó unas palabras del Ing. Agr. Guzmán Tellechea, quien lo recordó como un hombre de compromiso gremial, político y productivo. “Fue un apasionado por la producción y la innovación. Pionero en impulsar los grupos CREA y distintas asociaciones de productores, convencido de que el trabajo conjunto fortalecía la gestión. Su nombre quedará ligado a la raza, donde fue uno de los principales expositores, un contrincante digno y defensor de su desarrollo”.
Wyaux, por su parte, destacó su perfil humano y familiar: “Dejó una huella en cada uno de nosotros. Fue esposo de Susy, padre de cuatro hijos y abuelo de numerosos nietos. Supo disfrutar de la familia, del campo y de sus amigos. Hoy lo despedimos con gratitud y admiración, sabiendo que su legado permanecerá vivo en nuestros corazones”.