En la jornada de ayer se desarrolló el taller de evaluación de la zafra de arroz 2023-2024, en INIA Treinta y Tres, donde la principal variable que se marcó como responsable de la merma en los potenciales rendimientos fue el clima, principalmente en noviembre durante la siembra y a partir de marzo sobre la cosecha de los cultivos.
De acuerdo con lo desarrollado por los técnicos de INIA y los representantes de los distintos molinos, las variedades de ciclos corto y medio, fueron los que marcaron un mayor rendimiento y al mismo tiempo sortearon los problemas con los excesos hídricos en el último período de la zafra.
La soja cerró la rueda de Chicago con precios en baja por una toma de ganancias de los inversores que afectó tanto al poroto como a la harina (la posición julio perdió US$ 10,91 y terminó la jornada con un ajuste de US$ 415,13 por tonelada), tras las subas de la semana pasada. La falta de confirmación de nuevas compras chinas y la consolidación de una oferta sudamericana abundante, pese a las pérdidas ocasionadas por las inundaciones en el sur de Brasil, complementaron el panorama bajista para la primera rueda de la semana en la plaza estadounidense. La posición julio de la oleaginosa en Chicago cerró en US$/t 452 (-US$ 7).
Cuando falta menos de una semana para que cierre mayo, las solicitudes de exportación de soja aceleraron su ritmo de salida con el embarque de casi 550 mil toneladas por unos US$ 273 millones, según datos aduaneros. Si se suman las 308 mil toneladas de abril y unas 30 mil de marzo, en la campaña 2023/24 ya se han embarcado unas 883 mil toneladas por unos US$ 384 millones. De esta forma, lo embarcado al exterior en el parcial de este año ya superó toda la cosecha de la zafra pasada (de unas 650 mil toneladas), que se vio afectada por una grave sequía.
El ingeniero agrónomo Sebastián Mazzilli, director del Programa Agrícola Ganadero del INIA, destacó que se está llevando a cabo un esfuerzo conjunto con el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) y la Facultad de Agronomía para abordar el problema del virus transmitido por la chicharrita en los cultivos de maíz en Uruguay.
Nadie sabe cuánto se sembrará en la próxima campaña de maíz en Argentina. Es que la chicharrita, vector de la enfermedad del spiroplasma, dejó a muchos productores que sembraron maíz tardío (en un escenario post sequía) al borde del abismo y con muchas dudas de cara al ciclo agrícola 2024/25.
Dos meses atrás, se proyectaba una “Niña” muy fuerte y un nivel de enfriamiento pocas veces visto en los últimos 25 años. Pero ahora, se confirma una muy buena noticia: “hay una tendencia clara a la disminución del enfriamiento”, según la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR). Se pasó de prever un escenario muy complejo a uno dónde las lluvias y la humedad no estarán tan lejos de las medias estadísticas.
En una semana que fue positiva para el valor de los granos en Chicago, el trigo volvió a destacarse, con alzas que superaron el 7% y que arañaron el 9% en Kansas. La persistente caída en las estimaciones privadas sobre la nueva cosecha en Rusia fue el principal combustible alcista para el grano fino, que también contagió parte de su firmeza al maíz y a la soja, en este caso, a través de los precios de la harina. Las demoras en las tareas de siembra de granos gruesos estadounidenses aportaron al aumento de las cotizaciones.
Luego de tres jornadas alcistas seguidas, la soja cerró en baja este martes en Chicago por un avance de la siembra más acelerado que el previsto por los operadores en EEUU y por nuevas lluvias sobre el centro de las Grandes Planicies y sobre zonas del oeste y del norte del Medio Oeste. Estos nuevos aportes de humedad siguen aliviando el déficit que esas zonas traían y que en las últimas semanas fue menguando. Entonces, en la medida que la siembra progrese sin contratiempos en las próximas semanas, los cultivos tendrán asegurada una buena provisión de humedad para iniciar su desarrollo. La posición julio cayó US$ 4,3 a US$/t 454 en Chicago.
La soja cerró en alza por tercera rueda consecutiva en Chicago impulsada por el repunte que viene evidenciando el aceite en las últimas ruedas. Este lunes el contrato julio del subproducto sumó US$ 23,15 y quedó con un ajuste de US$ 1.021 por tonelada. El contrato de julio de la soja ganó US$ 7,35 en Chicago y quedó a US$/ton 459.
De igual modo, apuntalaron los precios la ralentización de la siembra en el Medio Oeste, donde este lunes se registran lluvias en zonas del oeste y del norte de esa región núcleo para los granos gruesos de Estados Unidos.
Pese a las serias complicaciones que generó el exceso de agua en el arranque de la cosecha de soja, durante la última semana el clima dio una tregua y permitió un avance significativo en la recolección de la oleaginosa en distintas chacras del país.
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